08 diciembre 2012

Los errores de doña Soraya

doña Soraya Saez de Santamaría
“Al final hay una cosa que es la libertad de enseñanza y el derecho a la educación y también, por tanto, el derecho de los padres a elegir la educación que reciben sus hijos...”.

Declaraciones recogidas por el diario "El País" en su edición impresa del 8 de diciembre de 2012. 

 Así, a bote pronto, la frase sorprende por la escasez idiomática que supone el empleo de "cosa" para definir conceptos importantes y que están en la sustancia del asunto que trata el artículo. 

 Más allá de este detalle, el resto del párrafo rehace el texto constitucional según el interés de la sra. Vicepresidenta y, teniendo en cuenta que pertenece al Cuerpo de Abogados del Estado y que es una persona inteligente, no debe de ser casual. 

 En primer lugar trastoca el orden de los factores nada más empezar: El artículo 27.1 de la Constitución Española dice, textualmente: "Todos tienen el derecho a la educación. Se reconoce la libertad de enseñanza." ¿una casualidad?

 No, el orden de factores no es casual. Ni el orden constitucional ni el que repite machaconamente el Partido Popular siempre que puede.

 Tal como lo enuncia la Sra. Sáez de Santamaría parece que quiera hacer ver que es anterior la libertad del Estado y de las empresas a enseñar como prefieran y que, en base a esa oferta, la ciudadanía puede ejercer el derecho a la Educación. 

 Por contra, el texto constitucional asegura primero la existencia del Derecho a la Educación como derecho fundamental y luego, como una cesión clara a las presiones de las empresas de enseñanza y fundamentalmente de la iglesia Católica, la libertad de enseñanza. 

La segunda parte del párrafo es un retorcer la ley hasta donde se pueda, por si cuela. Y parece que cuela porque nadie parece contradecir el discurso.

La Constitución Española, esa que tanto defienden, dice en el apartado 3 de este mismo artículo 27: " Los poderes públicos garantizan el derecho que asiste a los padres para que sus hijos reciban la formación religiosa y moral que esté de acuerdo con sus propias convicciones."

Como se puede ver el " por tanto, el derecho de los padres a elegir la educación que reciben sus hijos" de la Sra. Sáez de Santamaría no es lo que dice la Constitución. Es más, ni siquiera avala que se tenga que impartir religión en la escuela. Eso aparece en el famoso "Concordato", que es un acuerdo internacional preconstitucional totalmente ilegal después del 6 de diciembre de 1978 pero al que se modificó oportunamente una parte tras la aprobación de la Constitución para que las fechas permitiesen la imposición de los derechos eclesiásticos medievales.

 Conforme al texto, bastaba con que no se prohibiesen las catequesis parroquiales. En ningún lugar del texto menciona el lugar donde los hijos han de recibir la formación religiosa y moral.  

Pero haciendo uso de la metonimia, hacen equivaler el derecho a elegir la formación religiosa al derecho a elegir la educación que reciben sus hijos.

¿Alguien se plantea que se pueda elegir la Justicia que se le aplicará? Y la Educación como la Justicia, es un factor de equilibrio social, por lo que ha de ser igual para todos y garantizarse el acceso a ellas para todos en las mismas condiciones. 

Parece claro que si Educación es el proceso multidireccional por el que se adquieren conocimientos y valores, los primeros son fruto del estado de desarrollo de las ciencias y los segundos deben ser parte del consenso mínimo que requiere la convivencia en sociedad. Luego cada cual puede, dentro de la esfera de su intimidad o de su adscripción ideológica, complementar con los valores que le sean propios.

Que no nos quieran contar lo que no es. Se saldrán con la suya porque con la minoría absolutista que gestionan a partir de la abstención de una buena parte del electorado del PSOE pueden hacer lo que quieran en el parlamento. 

No debemos dejar de opinar y de hacer ver a todos las mentiras o medias verdades que introducen en su discurso.
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